Con la llegada del verano, el tránsito de camiones de alto tonelaje por caminos rurales se vuelve inusual. Estas flotas circulan por caminos vecinales y, para acallar las voces de reclamo, las empresas realizan acuerdos que pueden considerarse meras limosnas: una camionada de ripio, un par de metros de leña, con el fin de obtener la venia de familias campesinas empobrecidas que conviven con comunidades mapuche. En este contexto, se produjo un hecho grave: una empresa forestal intervino el curso del estero Chanco, ubicado en la Fütawillimapu, en la actual comuna de San Pablo. Esta acción afectó los derechos de agua de numerosas comunidades, que denunciaron la situación a la Dirección General de Aguas (DGA). Sin embargo, la desidia de este organismo estatal ha agravado el deterioro ambiental y el impacto sobre la ñuke mapu, en un delito que sigue impune bajo el modelo extractivista que impera en Wallmapu.
El pasado 22 de enero de 2025, a las 14:25 horas, un grupo de familias ingresó un reclamo formal ante la DGA debido a la intervención intempestiva del estero Chanco (coordenadas -40.405491883969155, -73.30937084465269). Este curso de agua es fundamental para las familias productoras de alimentos, contribuye a la biodiversidad del territorio y constituye un punto de conexión entre las entidades territoriales. Posteriormente, en una carta dirigida a la diputada Emilia Nuyado Ancapichún, los denunciantes explicaron que el tramo del estero Chanco había sido intervenido por la empresa forestal Vista Hermosa, financiada por capitales canadienses y de Países Bajos. La compañía, en su proceso de cosecha de pinos, al no contar con un puente habilitado en el sector Chanco-Tromen, optó por alterar el curso de agua de manera artificial, instalando tuberías que afectaron gravemente el flujo normal del estero.
Por Huenumil Caniqueo